La medida, que exige a los condados contar a mano los sobres con las boletas que se dejan en los centros de votación el día de las elecciones, se ha implementado para asegurar la precisión del conteo. Sin embargo, los críticos temen que esta medida retrase la presentación de los resultados de la noche de las elecciones, socavando la confianza pública en el proceso electoral.
La nueva regla surge de una preocupación por garantizar la coincidencia entre el número de boletas de papel y los recuentos electrónicos realizados en escáneres, computadoras de registro y máquinas de votación. Los defensores argumentan que este proceso manual es esencial para asegurar la integridad de las elecciones.
No obstante, existe una creciente preocupación sobre el impacto de este conteo manual en la rapidez de la publicación de los resultados. En las elecciones primarias de julio, el condado Maricopa, que abarca Phoenix, experimentó un retraso de aproximadamente 30 minutos en la publicación de sus resultados debido a esta nueva medida. La portavoz electoral del condado, Jennifer Liewer, advierte que este impacto podría ser mucho mayor en las elecciones generales, considerando que se espera que entre 625,000 y 730,000 votantes dejen sus boletas en los centros de votación el 5 de noviembre.
JP Martin, portavoz del secretario de Estado de Arizona, el demócrata Adrian Fontes, reconoce que el mandato de recuento manual "requerirá un tiempo considerable, sobre todo porque los trabajadores electorales ya han completado un turno de 12 a 15 horas". Esta situación plantea serias dudas sobre la capacidad del estado para publicar los resultados electorales de manera oportuna, un factor que podría generar incertidumbre y desconfianza entre los votantes.