La renuncia sorpresiva de Adriana Kugler, gobernadora de la Fed, abrió la puerta para que Trump nominara a Stephen Miran, economista vinculado a su administración. Durante su audiencia en el Senado, Miran enfrentó cuestionamientos sobre su doble rol: "Mis decisiones se basarán en análisis técnicos, no en presiones políticas", declaró, aunque legisladores demócratas mostraron escepticismo.
- Juego de poder: Con Miran, Trump sumaría tres aliados en la Junta de Gobernadores, incluyendo a Christopher Waller y Michelle Bowman, quienes recientemente rompieron la tradición de votaciones unánimes.
- Artillería pesada: La amenaza de destitución contra Lisa Cook, primera gobernadora afroamericana, generó un terremoto político. Más de 600 economistas, incluidos Nobel, firmaron un manifiesto en su defensa.
Mientras Trump califica a
Jerome Powell como
"Tardón" en redes sociales, el presidente de la Fed mantiene una estrategia de silencio elocuente. Analistas destacan que la próxima reunión del 16 de septiembre podría ser decisiva, aunque Powell insiste en esperar datos clave:
"No hay atajos para la estabilidad económica", dijo durante su última conferencia, refiriéndose a indicadores como:
- La inflación subyacente (actualmente en 3.8%)
- La tasa de desempleo (que subió a 4.3% en agosto)
- El magro crecimiento de 22,000 nuevos empleos
En Frankfurt,
Christine Lagarde encendió las alarmas:
"Cualquier injerencia política en la Fed tendría efectos dominó globales". La advertencia llega cuando mercados internacionales especulan con un posible recorte de tasas que, paradójicamente, beneficiaría a Trump sin que este logre controlar totalmente el organismo.
Entre bastidores, funcionarios de la Fed admiten que la batalla legal por la destitución de Cook podría prolongarse meses, dando oxígeno a la institución. Mientras tanto, Wall Street opera con la certeza de que, más temprano que tarde, las tasas bajarán... aunque nadie sabe exactamente cuándo ni cómo.
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