La historia de la participación electoral indígena en Arizona es un reflejo de las luchas por el reconocimiento de sus derechos civiles. Aunque la Ley de Ciudadanía India fue un avance significativo, las tácticas de supresión electoral han persistido. Las comunidades indígenas sufrieron restricciones y complicaciones para acceder a las urnas, incluso después de la Ley de Derechos de Votación de 1965. Pruebas de alfabetización impidieron que los indígenas votaran hasta la década de 1970.
Recientemente, un fallo del Tribunal Supremo de Arizona ha intensificado las dificultades. La Corte revivió una ley que exige a los votantes demostrar su ciudadanía al registrarse. Esta ley, inicialmente introducida en 2022 y bloqueada posteriormente, fue revivida poco antes de las elecciones generales, exacerbando las dificultades para las comunidades indígenas.
Un informe del Comité de Administración de la Cámara de Representantes de Estados Unidos destaca los retos actuales. Los pueblos nativos enfrentan barreras únicas para participar en las elecciones. Las largas distancias para acceder a los centros de votación, la falta de direcciones residenciales estándar en las reservas y el insuficiente servicio postal son solo algunos ejemplos. Las leyes de identificación y la falta de asistencia lingüística también complican el proceso.
"Es fundamental mejorar el registro de votantes y la participación cívica, pero la falta de direcciones físicas dificulta la comunicación y el compromiso con los votantes", afirma Jaynie Parrish, directora de Arizona Native Vote.
Arizona alberga 22 tribus reconocidas federalmente y los indígenas constituyen el 5.2% de la población del estado. Su influencia en el resultado electoral es significativa, como se evidenció en las elecciones de 2020. La comunidad navajo, que votó mayoritariamente por los demócratas, emitió más de 60,000 votos.
Para abordar estas preocupaciones, se han introducido leyes como el Acta de Derechos de Votación de los Nativos Americanos, que busca mejorar el acceso y supervisión electoral en comunidades rurales. Además, organizaciones como Native Health Central en Phoenix están realizando esfuerzos de registro para indígenas, trabajando en conjunto con la Oficina del Secretario de Estado y otras agencias.
Con el plazo de registro y la votación anticipada acercándose, estas iniciativas buscan asegurar que las voces de las comunidades indígenas sean escuchadas en las urnas.
Parrish ha reiterado que el trabajo de su organización no termina con la campaña electoral. Continuarán apoyando la participación cívica de los pueblos indígenas en el futuro.