Entre estos grupos destaca Arizona Border Recon, una milicia armada compuesta por decenas de civiles, entre ellos veteranos de guerra. Su fundador, Tim Foley, expresó su esperanza de que la nueva administración Trump los llame y puedan ayudarlos en su labor de seguridad. La milicia ha operado por 14 años en la frontera, pero en los últimos dos años había disminuido su actividad. Sin embargo, tras el triunfo de Trump, el grupo ha comenzado a publicar nuevamente videos sobre su labor.
En uno de estos videos, se muestra a un grupo de aproximadamente 20 hombres con ropa camuflada patrullando la frontera y portando armas de fuego de alto calibre. Esto ha generado preocupación entre las ONG, que no descartan que grupos humanitarios que colocan agua en el desierto sean víctimas de estas milicias, como en el pasado.
Según Foley, desde la elección de Trump, su página web ha recibido muchas solicitudes de civiles interesados en unirse a ellos. "No utilizamos el término milicia porque no buscamos derrocar al gobierno, sino defender nuestro país", defendió Foley, quien considera que las habilidades de su grupo serían útiles para la administración entrante.
Arizona tiene un largo historial de milicias civiles patrullando la frontera. En la década de 2000, Roger Barnett inició su propio grupo, y en 2005, el Proyecto Minutemen ganó notoriedad al realizar operativos para vigilar la frontera. Aunque este grupo casi ha desaparecido, no se descarta que pueda revivir.
Otro grupo en Arizona que ha expresado su interés por cooperar con Trump es Veterans Patrol (VOP), un grupo extremista que promueve teorías conspirativas y defiende la presencia de civiles armados en la frontera. Según Thomas Homan, designado por Trump como el zar de la frontera, existe un "gran interés" por parte de civiles para ayudar al presidente electo en sus esfuerzos para asegurar la frontera.
Entre las preocupaciones de las ONG se encuentran:
- La posible cooperación entre las milicias civiles y la policía y agencias federales.
- La violación de los derechos civiles de los migrantes.
- El riesgo de ataques a grupos humanitarios que colocan agua en el desierto.
Para Isabel García, directora de la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona, es lógico que los grupos de milicias civiles se reactiven tras la victoria de Trump. García teme que los derechos civiles de los migrantes sean violados y también alerta sobre la posibilidad de que los grupos humanitarios sean atacados como ya sucedió en el pasado.