El ambiente en la corte del 18 de diciembre fue tenso. Cuatro empleados de UPS, identificados como Bo Arias, Casey Bedell, Jeremy Grande y David Panasci, enfrentaron cargos graves relacionados con el robo de paquetes. La acusación es contundente: desviar paquetes con artículos de alto valor para beneficio propio.
Según la información judicial, los sospechosos operaron durante aproximadamente 12 meses. Su modus operandi, según la fiscalía, consistía en identificar paquetes con apariencia de contener productos costosos –principalmente electrónicos y artículos para el hogar– dentro del almacén de UPS en Mesa. Posteriormente, alteraban las etiquetas de envío, redirigiendo los paquetes a sus propias direcciones para su posterior venta.
El juez, durante la audiencia, declaró que: "Todos ustedes fueron arrestados bajo acusaciones de robo de propiedad controlada, que es un delito grave de Clase 3, y el Sr. Arias y el Sr. Panasci, están acusados de un cargo de esquemas fraudulentos de fraude, un delito grave de Clase 2". La gravedad de los cargos refleja la magnitud del presunto fraude.
Intentamos contactar a uno de los sospechosos en su domicilio en East Valley el mismo 18 de diciembre, sin éxito. Mientras tanto, UPS se mantiene hermética, argumentando la existencia de una investigación en curso y declinando ofrecer comentarios al respecto.
Los clientes afectados pueden optar por un reembolso parcial. Sin embargo, la recomendación para evitar situaciones similares es clara: asegurar los paquetes por su valor real al momento del envío. Esta medida, aunque implica un costo adicional, ofrece una mayor protección frente a posibles pérdidas.