Acuerdo secreto de Trump con El Salvador para deportaciones revela cláusulas polémicas

Los documentos judiciales, revelados este martes, detallan cláusulas que restringen el uso de esos fondos: "No podrán destinarse a asesoría legal para solicitantes de asilo, planificación familiar ni apoyo a la agencia de la ONU para refugiados en Gaza", según el texto filtrado en una demanda presentada por organizaciones de derechos humanos.
El acuerdo, firmado el 22 de marzo por el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, estipulaba la recepción de hasta 300 personas, en su mayoría venezolanos acusados —sin pruebas— de pertenecer al Tren de Aragua. Entre los deportados figuraba Kilmar Abrego García, un salvadoreño expulsado por error y convertido en símbolo de las controversias migratorias durante el mandato de Trump.
Lo más inquietante: el contrato sugería que los deportados permanecerían al menos un año en el Cecot, la megacárcel conocida por denuncias de torturas y hacinamiento. "El Departamento de Estado ignoró deliberadamente los riesgos de confinamiento indefinido", declaró Skye Perryman, directora de Democracy Forward, una de las organizaciones detrás de la demanda.
Los venezolanos deportados fueron enviados de vuelta a su país en julio como parte de un intercambio de prisioneros entre Washington y Caracas. Sin embargo, el destino de otros grupos enviados a naciones como Sudán del Sur o Uganda sigue siendo un misterio. Los acuerdos con esos países, negociados bajo absoluta opacidad, carecen de supervisión internacional.
Este caso no solo expone la arquitectura paralela de deportaciones impulsada por Trump, sino también cómo se priorizó el secretismo sobre los derechos humanos. Los documentos, obtenidos tras una batalla legal, confirman lo que activistas sospechaban: las deportaciones se diseñaron para evitar escrutinios, no para garantizar justicia.