La presencia de figuras influyentes ha generado un gran interés, especialmente en el sector de la población entre 25 y 30 años, ávido por conocer los planes de futuro para el país. El expresidente Donald Trump, en su primera aparición pública tras las elecciones, centró su discurso en el Americafest, un evento organizado por Turning Point USA en Phoenix. Su presencia atrajo a una multitud de residentes locales y visitantes, ávidos por escuchar a las figuras clave del partido republicano.
Entre los asistentes se encontraba Tom Homan, nominado por Trump para dirigir el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Homan no dudó en arremeter contra la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, por su postura sobre las llamadas "ciudades santuario". "El gobernador dice que no tengo autoridad para hacer eso. Bueno, no me importa. No soy fiscal federal, pero el fiscal federal sí lo es, y pediremos que se procese," declaró Homan, generando un fuerte debate sobre la legalidad de las acciones propuestas.
Trump, por su parte, reiteró su promesa de una gran operación de deportación: "No vamos a aguantar más. No se puede hacer eso, pero le he informado a México que esto no puede continuar. No vamos a permitir que esto continúe," afirmó, referido a los cruces fronterizos. La promesa ha generado reacciones encontradas, con muchos cuestionando su viabilidad y consecuencias.
Más allá de la inmigración, Trump dedicó una parte considerable de su discurso a la economía. Prometió una reactivación económica con medidas concretas:
- Reducción de impuestos e inflación.
- Disminución de precios.
- Aumento de salarios.
- Retorno de fábricas a Estados Unidos.
Sus declaraciones, si bien ambiciosas, requieren un análisis profundo de su factibilidad e impacto a largo plazo.
Finalmente, Trump aprovechó la ocasión para mostrar su apoyo a figuras políticas locales como Gina Swoboda y Karrin Taylor Robson, afianzando su influencia en el panorama político de Arizona. Su victoria electoral en el estado, con más de seis puntos de ventaja, fue celebrada como un triunfo contundente durante el evento. El retorno de Trump a Arizona marca una nueva etapa en la escena política del estado, con un futuro incierto pero repleto de expectativas.