El protagonista inesperado de esta narración no es un agente humano, sino un compañero de cuatro patas: "Bena", un agente canino de la Patrulla Fronteriza. Su olfato, más preciso que cualquier tecnología, fue clave en un operativo realizado el 15 de enero de 2025, en Nogales. No se trató de una persecución al uso, sino de una paciente búsqueda, de una estrategia silenciosa en la que la intuición canina jugó un papel fundamental.
Según el reporte oficial, "Bena demostró una vez más su invaluable capacidad para detectar la presencia humana en terrenos difíciles." El migrante indocumentado, cuya identidad se mantiene reservada por motivos de privacidad, intentaba evadir a las autoridades utilizando ropa de camuflaje para mimetizarse con el entorno. Sin embargo, la experiencia y el olfato de Bena resultaron insuperables. La astucia del migrante se vio frustrada ante la capacidad innata del agente canino.
Detalles del operativo, como las características exactas del terreno o la distancia recorrida por Bena, se mantienen confidenciales por razones de seguridad operativa. Lo relevante es la confirmación de la eficacia de este método en la localización de migrantes indocumentados en zonas de difícil acceso, una historia que resuena con la complejidad de la migración y las diversas estrategias utilizadas por los involucrados.