Madre sentenciada a 10 años por atropellar a niños en parque de Peoria, Arizona

El foco de atención se centra en Brandi Gotch, de 31 años, quien recientemente fue sentenciada a 10 años de prisión. La Fiscalía del Condado de Maricopa, liderada por la Fiscal Rachel Mitchell, anunció la sentencia el pasado sábado, poniendo fin a un proceso judicial que comenzó tras un incidente ocurrido en febrero de 2024. Los detalles, sin embargo, son más complejos de lo que aparentan.
Según la información proporcionada por la MCAO, la situación comenzó con una riña entre los hijos de Gotch y otros niños en el parque. Los hijos de Gotch, al parecer, estaban instigando la pelea y grabándola con sus celulares. Al llegar Gotch para recogerlos, un niño la insultó. A partir de aquí, según la narrativa oficial, la situación escaló rápidamente. Gotch, lejos de intervenir pacíficamente, comenzó a agredir a los niños: "MCAO dice que Gotch jaló del cabello a un niño y persiguió a otro con un palo".
El relato continúa con Gotch subiendo a su camioneta con sus hijos, mientras uno de los niños la provocaba. Fue en este momento cuando, según testigos, Gotch arrancó su vehículo y aceleró hacia los niños, atropellando a una niña de 12 años. "Gotch continuó conduciendo a través del parque, que tenía más de una docena de niños en ese momento, algunos de los cuales tuvieron que apartarse del camino", afirma el reporte policial. Afortunadamente, las lesiones de la niña se limitaron a un esguince de tobillo y algunas contusiones.
Gotch fue arrestada poco después en su casa y acusada de tres cargos de agresión agravada, un delito grave de clase dos. Declarándose culpable de los cargos, Gotch enfrenta ahora la realidad de su decisión. La fiscal Mitchell comentó al respecto: "Esto podría haber sido una situación mucho más trágica; afortunadamente, la peor lesión fue un esguince de tobillo y algunos raspones y moretones. Incluso cuando está enojada o frustrada, corresponde a los adultos actuar como adultos. Nunca está bien descargar nuestra rabia en un niño."
El caso de Brandi Gotch sirve como un crudo recordatorio sobre el control de la ira y las consecuencias de las acciones impulsivas. El incidente destaca la fragilidad de la vida y la necesidad de una resolución pacífica de conflictos, especialmente cuando niños están involucrados.