Un problema con la segunda etapa del cohete Falcon 9, que debía llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional, ha puesto en pausa las ambiciones de la empresa.
SpaceX, conocida por su impulso en la exploración espacial, se enfrenta a un revés que podría costarle millones. La misión Crew-9, lanzada desde Cabo Cañaveral, presentó una "combustión anormalmente desorbitada" en la segunda etapa del cohete, tras desprenderse del lanzador y caer en el océano.
Este incidente ha generado incertidumbre y ha reavivado la competencia en el sector espacial. Boeing, a través de su división espacial United Launch Alliance (ULA), se posiciona como un rival formidable. ULA, en colaboración con Lockheed, está desarrollando el cohete Vulcan Centaur, que podría convertirse en una alternativa viable a SpaceX, especialmente si los problemas de los cohetes Falcon 9 persisten.
La certificación de Vulcan Centaur se está acercando, y ULA está realizando la segunda y última misión de certificación desde Cabo Cañaveral. La prueba, conocida como CERT-2, se realizará desde la plataforma SLC-41, con el objetivo de evaluar aspectos técnicos cruciales en la etapa superior del lanzador.
Aunque el imperio de Musk se enfrenta a este desafío, su capacidad de innovación y resiliencia no se debe subestimar. El tiempo dirá si las dificultades de SpaceX son un tropiezo pasajero o una señal de un cambio de rumbo más significativo.