Un estudiante, Luke Auld-Thomas, se sumergió en un mar de datos recopilados por un proyecto de monitoreo ambiental en la región de Campeche. La información, obtenida a través de escáneres láser, revelaba la superficie del terreno, pero Luke tenía una visión diferente.
Analizando los datos con técnicas arqueológicas modernas, logró descifrar una compleja red de asentamientos Mayas, entre ellos una ciudad que se extendía por kilómetros. Valeriana, como se le bautizó, data del período entre el 250 y el 900 d.C., y presenta una increíble cantidad de estructuras, cerca de 6,700, incluyendo pirámides y edificios que hasta ahora habían permanecido ocultos.
Lo más sorprendente es que la ciudad se ubica cerca de una carretera moderna, lo que significa que la gente ha vivido entre ruinas durante años sin saberlo. Valeriana parece haber sido un importante centro político Maya, con una arquitectura que recuerda a las grandes capitales de la época.
El descubrimiento de Valeriana nos recuerda que la historia nos sigue sorprendiendo, incluso en lugares que creemos conocer. La tecnología ha abierto un nuevo camino para la exploración arqueológica, y promete desvelar aún más secretos de nuestro pasado.