¿El principio del fin para Google? Apple y la IA podrían cambiar las reglas del juego

Pero, ¿qué pasa cuando esas estrategias se ven desafiadas por una fuerza superior, una que podría reescribir las reglas del juego?
En medio de una batalla legal de proporciones épicas entre el Departamento de Justicia de Estados Unidos y Alphabet (Google), un testimonio en la corte ha generado olas de incertidumbre en Wall Street. Eddy Cue, el jefe de servicios de Apple, declaró que cree que los motores de búsqueda impulsados por Inteligencia Artificial eventualmente reemplazarán a los buscadores tradicionales como Google.
Esta declaración, parte del juicio que investiga el dominio monopólico de Google en los mercados de tecnología publicitaria, ha sacudido los cimientos de una relación comercial crucial: el acuerdo entre Google y Apple. Según el testimonio, Google paga a Apple una suma exorbitante, estimada en hasta 20 mil millones de dólares anuales en 2022, para ser el motor de búsqueda predeterminado en los iPhones. Un acuerdo mutuamente beneficioso, hasta ahora.
“He perdido el sueño por la posibilidad de perder la participación de los ingresos del acuerdo entre las dos compañías”, dijo Cue, reflejando la gravedad de la situación para Apple. La preocupación no es gratuita. Las acciones de Alphabet cayeron más del 7% el miércoles, mientras que las de Apple descendieron un 2%. El impacto es evidente.
Cue añadió que espera integrar servicios de IA de empresas como OpenAI, Perplexity y Anthropic como opciones de búsqueda en el navegador Safari de Apple. Además, reveló que las búsquedas en Safari disminuyeron por primera vez en abril, un dato que atribuye al auge de la IA. Esta información proyecta una incertidumbre sobre el futuro de la alianza entre Google y Apple, que podría cambiar significativamente el panorama tecnológico.
El juez analiza actualmente las posibles sanciones contra Google, y la relación entre ambas compañías gigantes, de suma importancia para el mercado publicitario, se encuentra en el centro del debate. El testimonio de Cue no solo pone en tela de juicio la sostenibilidad del acuerdo actual, sino que también introduce un nuevo factor de riesgo: la inminente transición hacia la búsqueda impulsada por IA. La incertidumbre reina en el ambiente, con consecuencias que aún están por verse.