HERMOSILLO
Jorge Cantú admite que no hay ofertas para retornar a las Mayores.
Sabedor de que su calidad en los diamantes se mantiene intacta y de que su vida cobró un matiz distinto con la paternidad, Jorge Cantú barajará las opciones para jugar durante el 2013. El toletero comenta que aún no hay ofrecimientos concretos para retornar a las Grandes Ligas, mas confía en su talento.
“Hasta ahora no hay ofertas en MLB, sólo pláticas que sostuvo mi agente con varios equipos en las juntas invernales pasadas; tampoco descarto la posibilidad de jugar con los Tigres de Cancún, club que tiene mi opción de retorno aquí”, apunta el infielder, al tiempo que deja abierta la puerta para incursionar en el beisbol japonés.
El tamaulipeco pisó por última vez una grama ligamayorista en 2011, cuando actuó más de medio centenar de encuentros con los Padres de San Diego.
Luego de ocho temporadas en las Mayores, repartidas entre cinco diferentes franelas, el año pasado estuvo en la Liga de la Costa del Pacífico con Salt Lake, sucursal Triple A de Anaheim, donde rubricó promedio de .291, cuatro jonrones y 22 producidas, números nutridos en sólo 21 encuentros.
“Hice una evaluación de los altibajos en mi carrera y llegué a la conclusión de que sigo siendo el mismo jugador: con el mismo talento, fuerza y capacidad, y que tengo que seguir esforzándome para obtener el status que tenía en la MLB”, comenta quien impusiera un récord de franquicia con Tampa Bay en 2005, al conectar 28 cuadrangulares y remolcar 117 carreras.
Considera que la clave para volver a alcanzar la máxima vitrina es la “consistencia”, rubro en el que advierte que debe mejorar: “Es algo en lo que fallé al empezar la temporada con los Padres en el 2011y hasta el presente, estando en Estados Unidos”; sin embargo, se dice motivado por lo conseguido en la reciente campaña regular con Hermosillo, club con el que bateó .254 con 13 vuelacercas y 43 impulsadas.
“Esta temporada me dejó saber que no he perdido el carácter, la fuerza y mentalidad ganadora, esa garra. Claro, todo bateador tiene sus slumps y como estuve fuera de acción seis meses antes de empezar a jugar en octubre, tuve mis dificultades para agarrar el “timing” (ritmo) al pararme a batear; pero jugando todos los días se logra el objetivo”, asevera.
En lo personal, afirma que su mejor campaña -hasta ahora- la consiguió en 2012: “Cynthia (Urias) y yo formamos nuestra familia, nuestro primer hijo Jorge Emilio, una experiencia inolvidable, llena de amor, no conocía eso hasta que llegó mi mini cuarto bat. Las cosas pasan por razones y esta vez Dios me puso en casa durante el verano para presenciar el nacimiento de él y verlo crecer hasta ahorita, a sus 6 meses”, concluye.