TOLUCA, Edomex
Vicente Sánchez e Iván Alonso fuliminan al Toluca.
Tan honrosa fue la victoria del Toluca la semana pasada en La Bombonera argentina ante Boca Juniors, como vergonzosa la derrota de esta noche en casa ante el Nacional uruguayo.
Los Diablos Rojos sufrieron un doloroso traspié por 2-3, no sólo porque los regresó a su realidad incierta, sino porque éste fue provocado por quienes menos querían: Vicente Sánchez e Iván Alonso.
Quienes fueron héroes del cuadro escarlata la hicieron de verdugos y dejaron mal parado a un equipo que vivió nueve minutos de horror en el complemento y echó por la borda la personalidad con que se había parado en el primer tiempo, a pesar de que iniciaba con una alineación alternativa, sin “Sinha” ni Édgar Benítez como tampoco con Wilson Tiago.
En el arranque, más acusaba el Nacional la altura, o simplemente el miedo a ella, que el Toluca el ajetreo por tantos partidos en los últimos días.
El cuadro uruguayo parecían imaginar el empate como un sueño dorado.
En cambio, los Diablos salieron a lo suyo, de inmediato a apostarse en terreno enemigo, hasta que el asedio volvía inminente el primer tanto.
Este llegó como para confirmar el olvido de Alonso. Luis Tejada, quien llegó al club para cubrir el hueco del uruguayo, cabeceó sin marca un centro de Marvin Cabrera al minuto 22 para el 1-0.
Como si sintiera presión por el fantasma de Alonso, el panameño marcó ese gol luego de 3 meses y 9 días de sequía.
La desventaja hizo cambiar poco al visitante, cuya actitud no parecía la de un cuadro dolido. Las únicas modificaciones que intentó fueron tácticas al incrementar su línea de defensores, de cuatro a cinco, de lo cual se retractaron muy pronto en medio de la confusión.
El ingreso de “Sinha” y Benítez al segundo tiempo pintaba para que los Diablos terminaran por adueñarse de la noche. Sin embargo, el efecto fue todo lo contrario.
El equipo mexiquense vivió nueve minutos de desastre, con los exescarlatas Vicente e Iván como verdugos para vengar los abucheos de la afición que alguna vez los trató como ídolos.