ST PETERSBURG, Fla
El antesalista busca demostrar que está listo para cargar al equipo.
Más que nunca, un Evan Longoria plenamente saludable a lo ancho de la campaña regular es imprescindible para que los Rays puedan seguir competitivos.
¿Cuán importante es el bate del tercera base de 27 años para el éxito o fracaso de Tampa Bay? La pasada temporada, por culpa de un esguince del tendón de la corva izquierda, Longoria estuvo fuera tres meses y eso seguramente les costó el pase a los playoffs.
La marca de los Rays en los 85 juegos que Longoria se perdió fue de 41-44, en franco contraste al 47-27 cuando estuvo en la alineación aportando 17 jonrones y 55 impulsadas.
“No hay mejor prueba de cuán importante es Evan Longoria para nosotros que el año pasado. Tenerlo jugando es de importancia extrema”, comentó el vicepresidente ejecutivo de operaciones de béisbol de los Rays, Andrew Friedman.
Longoria tenía 22 años cuando debutó en 2008. Aún le falta dar el salto de calidad definitivo, el que lo ponga a un nivel de ganar el premio al Jugar Más Valioso.
Quizás 2013 sea el año y para ello dependerá cuidarse de las lesiones que le han afectado en tres de las últimas cinco temporadas. De todas formas, ya cuenta con un par de campañas con 100 remolcadas.
Los Rays han atado su futuro a Longoria, luego que en el receso pactaron un nuevo contrato por10 años. El acuerdo añadió seis temporadas garantizas y 100 millones de dólares al actual, en el que iba a cobrar 36,6 millones en las próximas cuatro campañas.
Luego que el pitcher abridor James Shields fue transferido a los Reales y el jardinero B.J. Upton firmó con los Bravos, Tampa Bay cuidará con algodones a Longoria.
Han trazado un plan que procurará dosificarle, y ello incluye darles días de descanso ocasionales y más turnos como bateador designado.
Longoria se operó el tendón de la corva en noviembre y asegura que está como nuevo.
“Dos meses después (de la operación), me sentí como un hombre nuevo”, señaló. “Estaba nervioso cuando me llevaron al quirófano, pero no puedo estar más tranquilo tras la evolución y cómo me he sentido en mi acondicionamiento”.
Los Rays estuvieron muy activos durante el receso. Shields y el también pitcher Wade Davis pasaron a Kansas City a cambio de prospectos, entre ellos el cotizado jardinero Wil Myers.
También adquirieron al primera base James Loney, al intermedista Kelly Johnson y al campocorto cubano Yunel Escobar. Los tres vienen de campañas decepcionantes.
El trío de jardineros integrado por Desmond Jennings (central), Ben Zobrist (derecho) y Matt Joyce (izquierdo) son las otras fichas, aparte de Longoria, que saben generar ofensiva en el equipo dirigido por Joe Maddon. Luke Scott sigue como designado y el puertorriqueño José Molina se mantiene detrás del plato.
Myers sacudió 37 jonrones en las menores el año pasado y parece preparado para su debut en Grandes Ligas. Pero los Rays, en una práctica habitual que tienen, dejarán que comience la campaña en las menores para atrasar el período de elegibilidad de su agencia libre.
Aunque los expertos elogiaron a los Rays por los prospectos que obtuvieron en el canje de Shields y Davis con los Reales, el pacto dejó un hueco en la rotación abridora.