EL SEGUNDO, Cal
Tras la eliminación, ahora enfrentan varios dilemas.
La nefasta temporada de los Lakers de Los Angeles finalmente terminó con una fulminante barrida en la primera ronda.
Pero la telenovela en este equipo si acaso tendrá una pausa de unas semanas, y quizá menos.
El descanso para Los Angeles llega tras una de sus temporadas más decepcionantes. Tras comenzar con la ambición de conquistar su 17mo título, los Lakers fueron barridos en cuatro partidos por los Spurs de Antonio.
La agencia libre sin restricciones de Dwight Howard, la continuidad del entrenador Mike D’Antoni, el futuro de Pau Gasol, la posibilidad de desprenderse de Metta World Peace y las lesiones de Kobe Bryant y Steve Nash son apenas los temas más llamativos que enfrentan los Lakers antes de decidir si vuelven a intentar este gran experimento de nuevo.
“Teníamos nuestras miras puestas en algo más grande que esto”, dijo Nash el lunes. “En muchas formas, se siente como si ni siquiera hubiéramos empezado. ... Creo que las piezas del núcleo, con esta temporada como base, puede volver y formar algo especial. Como vimos este año, no es un ensamble perfecto, pero tenemos grandes piezas y podemos tener jugadores grandiosos que pueden encontrar el camino para hacer este trabajo”.
Los Lakers empezaron en otoño pasado con aspiraciones de campeonato y la nómina más cara de la NBA luego de adquirir a Howard y Nash, junto con Bryant, Gasol, World Peace y un decente grupo de suplentes.
Nada funcionó como casi todos esperaban.
Luego de una pretemporada sin victorias, las innumerables lesiones de los Lakers y un cambio de entrenador muy temprano en la campaña impidieron que Los Angeles tuviesen cohesión en medio de las altas expectativas y los reclamos de los aficionados.
Luego de tener una foja de 17-25 a finales de enero, los Lakers finalmente lograron reaccionar para terminar la campaña 28-12, clasificándose a los playoffs. Pero la ausencia de Bryant, con un desgarre en el talón de Aquiles, les dejó sin su principal figura ante los Spurs.
Los Lakers también perdieron al querido dueño Jerry Buss, quien falleció en febrero luego de una larga enfermedad. Los jugadores lo honraron con parches en sus camisetas, mientras que los hijos del dueño asumieron formalmente el control del equipo.