Es Blazers la incógnita

En un Oeste de potencias, Portland deberá sacar fuerzas escondidas

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PORTLAND, Ore

En un Oeste de potencias, Portland deberá sacar fuerzas escondidas.

Quizás por ser la mayor sorpresa de la Conferencia Oeste, los Trail Blazers de Portland también son la más grande incógnita de cara al tramo final de la temporada.
En una campaña marcada por las lesiones, sobre todo de jugadores estrella y veteranos de calidad, los dirigidos por Terry Stotts han logrado dar el golpe de la mano de una receta que incluye una ofensiva virtualmente imparable y una medida de salud sin réplica en el resto de la liga.
Los Blazers llegaron al receso por el Juego de Estrellas en el quinto lugar, aunque a solo dos partidos de distancia de los Spurs de San Antonio por la segunda colocación.
Esto los hace igual de candidatos que los texanos, los Clippers de Los Angeles y los Rockets de Houston, aunque hay aspectos que no dejan de levantar sospechas.
El tema ineludible es simple: Portland es, entre los favoritos, el equipo que menos ha sufrido en cuanto a lesiones y ausencias.
Si bien es cierto que un porcentaje importante de la salud es la preparación, tampoco se puede descontar el porcentaje de suerte que se requiere para evitar accidentes y demás ocurrencias.
Entre los miembros de la rotación actual solamente el novato CJ McCoullum ha estado fuera durante un periodo extendido.
Eso es aún más notable cuando hablamos de un equipo que depende de sobremanera de su quinteto inicial, y que aunque con una banca reforzada, sigue sin contar con un grupo de relevistas calificados para llevar la carga de uno de sus titulares en caso de una ausencia prolongada.
Los Trail Blazers utilizan a sus cinco inicialistas durante más de 30 minutos cada noche, e increíblemente tanto La Marcus Aldrige como Nicolas Batum, Damian Lilliard, Wesley Matthews y Robin López han participado de cada uno de los 53 cotejos de la franquicia en 2013-2014.
Los minutos van desde 31.3 (Lopez) a 37.0 (Aldridge), y eso se refleja además en el goleo, ya que cada miembro de dicho quinteto promedia al menos 10 puntos por noche.
Esta es una receta que podría sería exitosa en los playoffs, cuando las rotaciones se acortan y las estrellas ganan protagonismo.
Sin embargo, en cada partido hay 240 minutos para dividir, y una cuenta rápida arroja que el rival de turno tendrá tiempo suficiente a lo largo de siete partidos para encontrar las debilidades de los jugadores que ocupen los restantes 55-60 minutos por noche, asumiendo que los titulares incrementen levemente su carga.
Estas son cifras que le sacarían canas verdes a Gregg Popovich, quien a lo largo de las últimas temporadas ha controlado minuciosamente los minutos de sus veteranos. Esa estrategia ha sido utilizada recientemente por otros entrenadores como Erick Spoelstra, particularmente con el siempre delicado Dwayne Wade.
La realidad de Portland difiere bruscamente de la de sus competidores directos. La ‘suerte’ que han tenido ellos no les ha tocado, por ejemplo, a los Clippers, quienes tuvieron que jugar sin Chris Paul (19 partidos), JJ Reddick (25) y Matt Barnes (19).

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