Tony Romo admite lesión en costillas

CHICAGO, Il.

El quarterback de los Vaqueros asegura tener más de dos meses así.
Tony Romo, mariscal de campo de Vaqueros de Dallas, volvió a dar muestra de su tesón al revelar que, además de los problemas ya conocidos que padece en su espalda, lidia con una costilla rota, desde hace más de dos meses.
El quarterback texano estuvo impecable en el juego del jueves por la noche, donde comandó a los “boys” a una victoria 41-28 sobre Osos de Chicago en el Soldier Field con 21 de 26 envíos correctos, tres de ellos hasta las diagonales, para un total de 205 yardas.
Aunque también es cierto que dio muestras de incomodidad más de una vez, lo cual confirmó después al añadir el problema de la costilla a su estado físico que, desde que comenzó la presente temporada, ha estado en la cuerda floja.
Es uno de los pasadores que más críticas y presión recibe, por la historia de la franquicia “azul y plata”, que aún espera un resultado memorable de él, pero demostró más de una ocasión que es capaz de soportar el dolor con tal de no dejar el emparrillado.
En 2008, al frente de la ofensiva de la “estrella solitaria” con el cartílago desgarrado, en 2011 jugó con un pulmón perforado y ahora, tras someterse una cirugía de espalda, batalla con una lesión que ni siquiera puede señalar cuándo ocurrió.
“Sería bueno si sólo se tratara de la espalda en lugar de toda la demás basura”, indicó Romo, que según sus cálculos, el percance ocurrió el 21 de septiembre, en el duelo ante Carneros de San Luis, o bien, contra Santos de Nueva Orleans el 28 de ese mes.
“Me inyectaron (analgésico) esta semana. La semana pasada para el juego frente a Águilas no lo hice, lo cual creo que fue una mala decisión”, confesó.
La falta de medicamento se reflejó en una dolorosa derrota en casa ante Filadelfia, rival divisional en el Este de la Conferencia Nacional, en el cual no tuvo pases de anotación y cortó su racha de 38 partidos consecutivos con al menos uno.
En la recta final de la campaña, Dallas se prepara para afrontar su tradicional desplome de nivel que le ha costado quedarse a la orilla de los playoffs en los últimos años.

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