Lista la final, confirman su boleto

MEXICO, DF.
Aguilas y Rayados igualan sin goles y América se medirá a Tigres.
América había hecho la tarea en el partido de ida, por lo que en el segundo capítulo solo se dedicó a cuidar su ventaja y tras empatar 0-0 (global 3-0) con Monterrey, amarró su boleto a la final del Torneo Apertura 2014 de la Liga MX.
Águilas buscará convertirse en el equipo más ganador del futbol mexicano en la serie por el título, que disputará ante Tigres de la UANL, una final inédita en el balompié nacional.
La ventaja de tres goles con la que llegó a este duelo le permitió al cuadro capitalino tomarlo con calma, consciente que el obligado era el cuadro rival y que ellos podían darse el lujo de sobrellevar las acciones.
Y así lo hicieron al menos durante los primeros minutos, hasta que los regiomontanos tocaron con peligro la portería en un disparo por izquierda de Cándido Ramírez que ya había superado a Moisés Muñoz, pero Osmar Mares, prácticamente sobre la línea, salvó para evitar un daño mayor.
A partir de este momento, Águilas entendió que no podía cederle toda la iniciativa al rival y comenzó a llevar el peso del juego, al grado que cerca estuvo de terminar con el cero.
Primero en un disparo en las afueras del área por parte de Luis Gabriel Rey que Jonathan Orozco apenas con las “uñas” sacó, y Oribe Peralta fue derribado dentro del área por Efraín Juárez, cuando se alistaba para conectar de frente al marco, sin que se marcara la falta, para irse así al descanso.
Los de la “Sultana del Norte” necesitaban cuatro goles y no recibir nada, por lo que el técnico Carlos Barra ordenó el ingreso de Omar Arellano para tener más gente al frente, así como de Luis Madrigal y del brasileño Lucas Silva instantes después.
Mientras América se mantuvo en su papel, en espera de los espacios para abrir el marcador, pero también cuidando ya a su gente de cara a la final, como el delantero Oribe Peralta, quien ya estaba amonestado.