El Atlético de Madrid mantiene la inquietud a falta de dos jornadas para el cierre de la fase de grupos de la Liga de Campeones, sin opción ya de ser primero y aún con todo pendiente para ser segundo, después de ir de más a menos e igualar sin goles con el Lokomotiv Moscú en el Wanda
Metropolitano. ?Su inicio fue prometedor, con una puesta en escena imponente con la que generó ocasiones suficientes para haber logrado algún gol, frustradas por el portero Guilherme, pero minuto a minuto fue decayendo en la ofensiva, mucho menor en la segunda parte, aunque con un gol anulado por fuera de juego a Koke en el minuto 69.
El partido concluyó sin goles y con la pugna por la segunda posición del cuarteto aún abierta. Inalcanzable ya para todos el Bayern Múnich, que será primero sí o sí, la segunda posición aún tiene tres pretendientes: el Atlético, con cinco puntos y que necesita cuatro más para no depender de ningún marcador ajeno; el Lokomotiv, con tres; y el Salzburgo, con uno. Quedan seis en juego. Y los próximos tres miden al equipo rojiblanco con el bloque alemán.
Ganar era una obligación para el conjunto rojiblanco, que tampoco contó con el uruguayo Lucas Torreira por Coronavirus, ni el mexicano Héctor Herrera, el croata Sime Vrsaljko y Manu Sánchez por lesión, ni tampoco con el francés Geoffrey Kondogbia por no estar inscrito, y no cumplió ante un rival que rentabilizó la espera parapetado en su portero. Y eso que los del argentino Diego Simeone se aplicaron con voracidad. Desde el inicio fuernon en tromba, con Joao Félix como director de orquesta, pero desacertado en el disparo franco que tuvo a los 3 minutos a pase de Llorente.
El conjunto moscovita no presionaba a su rival se encomendaba a las virtudes de su meta y la acumulación de jugadores. Con éxito en la primera mitad, que saldó cumpliendo el plan de no recibir, ya que en ningún momento pensó en proponer, apenas dos tímidos contragolpes previos al descanso.
No mejoró la situación tras el intermedio, con apenas unos apuros de Guilherme para sacar un disparo lejano de Saúl, por lo que Simeone optó por cambiar al sistema de tres centrales y carrileros largos en busca de liberar a Carrasco y generar más peligro. Pero no era el Atlético fluido de la primera media hora.
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