Siempre que Patrick Mahomes y Tom Brady se encuentran sobre el emparrillado, indudablemente atraerán la atención del mundo del fútbol americano.
Esas no pueden ser buenas noticias para Brady y los Bucaneros de Tampa Bay, que han quedado a deber esta campaña cuando las apuestas son más altas.
Los Bucs (7-4) están con marca de 0-2 ante los líderes de su división, tienen registro de 1-3 en citas programadas en horario estelar y si bien la visita de Mahomes y los campeones Jefes (9-1) no encaja en ninguna de esas dos categorías, sin duda es un encuentro de alta presión para un conjunto de Tampa Bay que viene de dos derrotas en sus últimos tres encuentros.
Mahomes, el MVP vigente del pasado Super Bowl, llega a Tampa Bay al frente de la mejor ofensiva de la NFL, una unidad que promedia 32,1 puntos por encuentro y al menos 33 en cada uno de sus últimos cuatro cotejos. Sin embargo, el domingo tendrán enfrente a una defensiva de los Bucs que permite la quinta menor cantidad de yardas por encuentro en toda la liga.
Brady y compañía van a necesitar mucha ayuda de su defensiva el domingo, en especial ante las inconsistencias ofensivas de unos Bucs que lo mismo pueden anotar 46 puntos — como lo hicieron hace dos semanas ante Carolina — que terminar con tres unidades a favor, tal como sucedió en la Semana 9 en su visita a Nueva Orleáns.
En el centro de todo lo que sucede en Tampa Bay está Brady, quien en sus últimos tres juegos tiene cinco pases de touchdown y cinco intercepciones luego de iniciar la temporada con un radio de 20-4.
Mahomes y los Jefes no tienen los mismos problemas. Kansas City es uno de dos equipos invictos (Pittsburgh) como visitantes en la actual temporada y llegan a Tampa Bay montados en una racha de cinco victorias. Pero eso no significa que todo sea tranquilidad en el camerino de los campeones. Luego de permitir más de 20 puntos en apenas uno de sus primeros ocho encuentros de la campaña, la defensiva de los Jefes ha admitido 31 puntos en cada uno de sus últimos dos cotejos y enfrente tienen a unos Bucs plagados de talento.
El encuentro del domingo será la cuarta ocasión que Brady y Mahomes se encuentren en el emparrillado, pero la primera de Brady con su nuevo equipo luego de 20 años con los Patriotas. Brady ha ganado dos de esos tres cotejos, incluyendo el triunfo en la final de la Conferencia Americana de 2018. Los Bucs, por su parte, han ganado los últimos cinco en el enfrentamiento ante los Jefes, pero con Mahomes al frente Kansas City es un animal distinto.
Duelo clave en el sur de la AFCAún con cinco semanas restantes en el calendario regular, la cima del Sur de la Conferencia Americana — y un posible juego en casa en la postemporada — bien podría definirse el domingo cuando los Titanes visiten Indianápolis.
Los Titanes, que la temporada pasada llegaron hasta la antesala del Super Bowl, intentan cobrarse un doloroso revés en casa ante los Potros 34-17 hace apenas dos semanas, una derrota que los desplazó de la cima del sector y consolidó a Indianápolis como serio aspirante a la postemporada.
De la mano de una potente defensiva — la segunda mejor en yardas de toda la liga — y un ataque balanceado, los Potros tienen cuatro victorias en sus últimos cinco juegos para catapultarse a la cima de un sector que no conquistan desde 2013, año de su triunfo más reciente en playoffs.
Los Titanes, que no ganan el Sur de la AFC desde 2008, han convertido de los juegos dramáticos su sello distintivo con cinco triunfos en la actual temporada en los que anotan los puntos decisivos en los últimos dos minutos del tiempo regular o tiempo extra, incluyendo la victoria de la semana pasada ante los Cuervos
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