Lista la final en Australia
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El Diario de SonoraDaniil Medvedev simplemente no pierde. Ni frente a los 10 mejores del escalafón mundial ni ante nadie. Y seguramente tampoco ante Stefanos Tsitsipas en las semifinales del Abierto de Australia.
Medvedev avanzó a su segunda final de un torneo Grand Slam en la búsqueda de su primer título major al superar el viernes 6-4, 6-2, 7-5 a Tsitsipas, quinto preclasificado, en Melbourne Park. El ruso de 25 años extendió su racha ganadora a 20 juegos que incluye una docena de victorias sobre rivales entre los 10 mejores de la ATP.
En la final del domingo, Medvedev, cuarta cabeza de serie, se verá las caras con el número uno del mundo, que atesora ocho Abiertos de Australia entre sus 17 títulos de Grand Slam. El serbio trata de acortar distancia rumbo al récord en la rama varonil de 20 campeonatos de Grand Slam que comparten Nadal y el suizo Roger Federer.
“Es un jugador que ha resuelto prácticamente todo en el tenis”, declaró Tsitsipas sobre Medvedev, subcampeón del US Open en 2019.
El griego de 22 años lució agotado después de un épico duelo de cuatro horas con Rafael Nadal en los cuartos de final el miércoles, en el que rescató el triunfo al remontar de una desventaja de dos sets.
Aún así, Medvedev fue implacable ante Tsitsipas, con 17 saques directos entre sus 46 golpes ganadores. Esa cantidad incluyó un revés cruzado a la línea que rompió el empate en el penúltimo game, un espectacular tiro que celebró alzando los brazos y moviendo las manos con un gesto que parecía decir
“¡Mírenme!”.
“Ese fue el momento en que gané el partido”, afirmó Medvedev. “Uno de mis mejores disparos de mi carrera”.
Djokovic superó el jueves a la sorpresa del torneo, el ruso Aslan Karatsev, 114to en el ranking mundial, para extender a 17-0 su marca en las semifinales y finales en Melbourne Park.
Medvedev tardó apenas 75 minutos en ponerse dos sets arriba sobre Tsitsipas. En el tercero tomó ventaja de 3-1 antes que el griego pusiera algo de emoción al juego ganando tres games consecutivos, incluyendo su único rompimiento del encuentro.
Las tribunas del estadio lucieron al 50% de su capacidad —aproximadamente 7.500 aficionados— una vez que las autoridades permitieron el regreso de espectadores al torneo después de cinco días de confinamiento ante un aumento de casos de COVID-19.
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