El dominicano Adrián Beltré, Joe Mauer y Todd Helton fueron etiquetados como fenómenos atléticos desde una joven edad, y los tres estuvieron a la altura de las expectativas con su inducción al Salón de la Fama del Béisbol el domingo.
Beltré llegó a las mayores justo después de cumplir 19 años y rápidamente fue considerado como uno de los mejores prospectos en el deporte desde adolescente.
En el discurso de Beltré en la ceremonia de exaltación, dijo que jugó para su primer equipo a los 13 años y era segunda base debido a que su padre le dijo que esa era la posición que debería jugar.
Los Dodgers de Los Ángeles estaban tan convencidos de Beltré desde el principio que violaron las reglas de las Grandes Ligas para contratarlo antes de que cumpliera los 16 años.
Después de que un compañero le pidió que cambiara y jugara en la tercera base, Beltré accedió y la decisión dio sus frutos.
En sus 21 años de carrera, Beltré jugó para los Dodgers, Marineros de Seattle, Medias Rojas de Boston y los Rangers de Texas. Fue cinco veces ganador del Guante de Oro y es el primer tercera base con al menos 450 cuadrangulares y 3.000 hits.
Durante sus años como jugador, Beltré dejó claro que no le gustaba que nadie le tocara su cabeza, pero, por supuesto, sus compañeros ignoraron su solicitud y de todas maneras hicieron una costumbre tocar su cabeza. En la ceremonia del domingo, su compatriota miembro del Salón de la Fama, David Ortiz continuó la tradición al tocar la cabeza de Beltré previo al discurso.
“Eso nunca me relaja”, dijo Beltré con una risa. “(Pero) fue un poco lindo regresar a mis días de jugador. … Es sólo parte de pertenecer a esta fraternidad. Aunque no me encanta, no me gusta, pero me sentí que estoy abierto a las personas que tienen la posibilidad de jugar junto a mí. Eso siempre me ha gustado”.
Mauer fue un fenómeno en la preparatoria tanto en el fútbol americano como en el béisbol en St. Paul, Minnesota, y fue nombrado como El Jugador Colegial del Año de USA Today en fútbol americano del 2000 y en el béisbol del 2001.
“Fue un verdadero honor ser un Mellizo de Minnesota y representar al equipo de mi ciudad natal”, dijo Mauer.Fue reclutado por los Mellizos, equipo de su ciudad natal, como la primera selección general del Draft de MLB en 2001.
El más adelante seleccionado seis veces al Juego de Estrellas estuvo tres años en ligas menores antes de jugar con los Mellizos de Minnesota durante los 15 años de su carrera en las mayores.
Helton también fue una estrella del fútbol americano y del béisbol jugando ambos deportes en la Universidad de Tennessee.
Pese a su dominio en ambos deportes a temprana edad, Helton nunca se sintió cómodo bajo los reflectores o sintiéndose como un Salón de la Fama.
El salto a la fama de Helton podría haber sido el de ser el quarterback de la Universidad de Tennessee entre las futuras selecciones de primera ronda del draft, Heath Shuler y Peyton Manning, pero estaba destinado a grandes cosas en el diamante del béisbol.
Luego que una lesión de rodilla en 1994 labrara el camino para que Manning se convirtiera en el quarterback de Tennessee, Helton cambió todo su enfoque hacia el béisbol donde fue nombrado el ganador del premio Dick Howser por parte de la Asociación de Entrenadores de Béisbol de los Estados Unidos y elegido como el Jugador del Año por Baseball America.
“Aquellos que me conocen saben que estaría más cómodo haciendo cualquier cosa que estar aquí hablando acerca de mí”, dijo Helton al iniciar su discurso. “Soy simplemente un jugador de béisbol y cualquiera en los medios puede dar fe de eso”.
Helton fue reclutado por los Rockies de Colorado como la octava selección del draft de 1995 y nunca se marchó de la ciudad de Mile High.
Helton fue uno de apenas tres jugadores con múltiples temporadas con más de 100 imparables de extra bases en su carrera, y ayudó a los Rockies a llegar a la Serie Mundial de 2007.
Jim Leyland fue elegido por el Comité de la Era Contemporánea del Béisbol. Dirigió durante 22 temporadas, ganó en tres ocasiones el premio Mánager del Año, la Serie Mundial de 1997, y tuvo una marca de 1.769-1.728 en su carrera como entrenador, y dirigió al equipo olímpico de los Estados Unidos en 2017 cuando los estadounidenses ganaron su único Clásico Mundial de Béisbol.