La victoria de Seattle no solo les permitió cortar una racha de cuatro derrotas, sino que también los puso de nuevo en la marca de .500 (70-70), manteniendo vivas sus esperanzas de playoffs.
El héroe del encuentro fue Luis Urías, quien regresó a las Grandes Ligas para septiembre y tuvo una noche memorable. El magdalenense conectó tres hits en cuatro turnos al bate, incluyendo dos dobles, anotó dos carreras y remolcó cuatro, demostrando que llegó para quedarse.
El sonorense llegó a cuatro palos de vuelta entera en la campaña luego de que en mayo fuera enviado a la sucursal de Tacoma. Regresó al equipo grande al ampliarse los roster en septiembre
Pero Urías no fue el único que brilló. Mitch Garver también se unió a la fiesta con cuatro carreras impulsadas, mientras que George Kirby se encargó de mantener a raya a la ofensiva de Oakland, ponchando a nueve bateadores en seis entradas. Kirby ha demostrado ser un lanzador confiable para Seattle, y su efectividad contra los Atléticos es innegable.
El séptimo episodio fue clave para la victoria de los Marineros. Los de Seattle anotaron siete carreras en ese inning, enviando 12 bateadores al plato y demostrando la profundidad de su ofensiva. En ese episodio, los Marineros aprovecharon al máximo la inestabilidad del bullpen de Oakland, y Julio Rodríguez y Víctor Robles se sumaron a la fiesta con hits productores.
Los Atléticos, por su parte, no encontraron una respuesta al poderío de Seattle. El abridor de Oakland, JP Sears, fue sacudido por la ofensiva de los Marineros, y el bullpen tampoco pudo contener la arremetida.
El triunfo de Seattle los coloca en una posición favorable para la recta final de la temporada regular. Si bien aún están lejos de asegurar un puesto en los playoffs, la victoria de este miércoles demostró que tienen el potencial para competir con los mejores de la Liga Americana. La ofensiva de Seattle es explosiva, y con la efectividad de su pitcheo, los Marineros podrían ser una fuerza a tener en cuenta en la postemporada.