Un deporte tradicional enfrentaba un futuro que exigía más dinamismo. La respuesta: un conjunto de cambios radicales. Cronómetros para los lanzamientos, restricciones a las formaciones defensivas especiales, bases más grandes, corredores automáticos y una postemporada ampliada. Todo con la intención de mantener a los fanáticos en sus asientos, enganchados a la acción.
Aunque las modificaciones generaron resistencia inicial, la realidad es que están funcionando. El tiempo promedio de juego se ha reducido a 2 horas y 36 minutos, el más bajo desde 1984. La asistencia ha aumentado un 11% desde 2022 y la audiencia, especialmente entre los fanáticos de 18 a 34 años, ha crecido un 10.5% desde la implementación de los cambios.
La participación de los jóvenes está en alza y el ecosistema de redes sociales del béisbol está floreciendo. Las dudas sobre la modernización de MLB se han visto reemplazadas por una emoción renovada.
Shohei Ohtani, el mejor jugador del planeta, epitomizó esta energía en un juego reciente. En seis turnos, conectó tres jonrones, robó dos bases y estableció un récord de 10 carreras impulsadas. Una actuación épica que demostró que el béisbol sigue ofreciendo momentos memorables.
"No me encantan todos los cambios en las reglas, pero parecen estar haciendo que el juego sea más emocionante para los fanáticos, por eso jugamos, para nuestros fanáticos", dijo Stephen Vogt, manager de los Guardianes de Cleveland.
La edad promedio de los compradores de boletos ha disminuido cinco años, de 51 a 46, desde 2019. El número de entradas vendidas a los aficionados de 18 a 34 años ha aumentado un 8.5% en ese periodo. La asistencia a los juegos entre semana ha aumentado un 12% con respecto a 2022, en parte porque los fanáticos ya no se preocupan por la duración de los partidos.
"Sentarse y ver un juego solía ser demasiado compromiso de tiempo, ¿verdad?", dijo Tate Conrad de Des Moines, Iowa, mientras asistía a un juego entre los Cachorros de Chicago y los Yankees de Nueva York a principios de septiembre.