Los Guardianes, después de dos derrotas en Nueva York, regresan a casa para enfrentar a los Yanquis en el tercer juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana. La presión es palpable, y la esperanza se aferra a la figura de un jugador: José Ramírez.
"Mr. Lapara", como se le conoce al dominicano, ha tenido un desempeño irregular en estos playoffs, alejado de su nivel habitual de producción. Su promedio de bateo de .164 con 24 turnos al bate, 2 cuadrangulares y un doble, no refleja el impacto que Ramírez suele tener en el terreno. Su regreso a Cleveland, sin embargo, podría ser un punto de inflexión.
. El antesalista ha sido un bateador más eficiente en casa (.286) que en partidos fuera de su estadio (.272), y ante los Yanquis, Ramírez ha demostrado ser una pesadilla, con un promedio de bateo de .333 contra ellos.
Los Guardianes necesitan que Ramírez recupere su ritmo, y no solo él. Su ofensiva en general ha sido opaca, anotando solo 5 carreras en los primeros dos juegos. Su pitcheo abridor también necesita mostrar una mejoría. Alex Cobb y Tanner Bibee fueron sacados del juego antes de la tercera entrada en los dos juegos en Nueva York, lo que obligó a utilizar a 13 lanzadores en total.
Este desgaste del bullpen es un riesgo que el mánager Stephen Vogt no puede permitirse. Los Guardianes, jugando en casa, necesitan un cambio radical. Su ofensiva, liderada por Ramírez, y su pitcheo necesitan encontrar la forma de contener a los Yanquis.
El Progressive Field, donde los Guardianes han ganado 2 de 3 juegos en los playoffs, se convierte en un escenario crucial. La energía de la afición y el regreso de Ramírez a su terreno familiar podrían ser la chispa que necesitan los Guardianes para revertir el panorama.