Su talento sobre el campo lo llevó a jugar en equipos de renombre como el Getafe, el Olympique de Marsella y el Al-Jariza, dejando una huella imborrable en la memoria de los aficionados.
Nacido en 1989, Barrada se formó en las categorías inferiores del PSG antes de recalar en el Getafe B en 2010. Su desempeño le valió un ascenso al primer equipo, donde se convirtió en un jugador clave bajo la dirección de Míchel y Luis García Plaza. Su habilidad para el toque de balón y su entrega en el campo lo llevaron a marcar goles importantes, incluyendo uno contra el Real Madrid y otro contra el Atlético de Madrid.
Su talento llamó la atención del Al-Jariza de Emiratos Árabes en 2013, aunque su paso por el equipo fue breve debido a la tentadora oferta del Olympique de Marsella. Tras dos temporadas en el Vélodrome, regresó a Emiratos Árabes para jugar en el Al Nasr. En 2018, se mudó a Turquía para jugar en el Antalyasport. Luego, tuvo breves pasos por el Nàstic de Tarragona y el Al-Shahaniya catarí, donde decidió colgar las botas debido a problemas cardíacos. Sin embargo, su pasión por el fútbol lo llevó a regresar a las categorías inferiores francesas.
Barrada también dejó su huella en la selección marroquí, disputando 28 partidos internacionales, incluyendo participaciones en los Juegos Olímpicos de Londres y la Copa África de 2012 y 2013. Era considerado uno de los talentos más prometedores de su generación y un ídolo para figuras actuales del fútbol como Achraf Hakimi.
El fallecimiento de Abdelaziz Barrada a la edad de 35 años ha dejado un vacío en el mundo del fútbol. Su legado como jugador talentoso y apasionado por el deporte se mantendrá en la memoria de quienes lo conocieron y admiraron.