La clave del éxito de los Chargers fue el desempeño de su quarterback, Justin Herbert, quien tuvo una actuación excepcional. Herbert, quien ha demostrado ser uno de los mejores jugadores de la NFL en su posición, conectó dos pases de touchdown en la primera mitad, uno de 66 yardas con Quentin Johnston y otro de 27 yardas con Joshua Palmer. Estos dos touchdowns fueron suficientes para establecer una ventaja cómoda para los Chargers que los Browns no pudieron superar.
La defensa de los Chargers, conocida por su fortaleza, logró frenar completamente la ofensiva de los Browns, incluyendo tres intercepciones al quarterback Jameis Winston. La presión constante sobre Winston por parte de la línea defensiva de Los Ángeles también contribuyó a la pobre actuación de los Browns, quienes solo pudieron generar 57 yardas totales en la primera mitad.
J.K. Dobbins, running back de los Chargers, también tuvo una actuación destacada con dos touchdowns por tierra. El dominio de los Chargers fue evidente a lo largo del partido, culminando con una victoria de 27-10 que les permitió extender su racha de victorias sobre los Browns a cinco juegos consecutivos.