Su ojo izquierdo, notablemente enrojecido después del entrenamiento, no lo disuade de jugar.
"Continuaré con mi día y haré lo que necesito hacer", comentó Davis con la calma que lo caracteriza. "Lo siguiente es dormir más". La lesión, aún sin diagnóstico definitivo, no le impidió jugar contra Memphis, su compromiso con el equipo es inquebrantable.
"Fue un par de rasguños en mi ojo", dijo Davis sobre el incidente. "No estoy 100% seguro del término médico, pero estoy autorizado para jugar".
A pesar de las lesiones repetidas en la cara, la pregunta sobre el uso de gafas protectoras parece no inquietar a la estrella de Los Ángeles.
"No quiero, y el doctor dijo que no tenía que hacerlo", respondió Davis, firme en su decisión. "Si llega a un punto en que las órdenes del médico sean ésas, entonces por supuesto que lo haré".
Davis, nueve veces elegido al Juego de Estrellas, parece no tener miedo de enfrentar cualquier obstáculo que se interponga en su camino. Su determinación, incluso ante el dolor, es un ejemplo de su compromiso con el deporte que lo apasiona.