Los Texans, con un récord de 7-4, se afianzaron en la AFC Sur, mientras que los Cowboys, que ahora tienen 3-7, continúan lidiando con una racha de derrotas que ha puesto en jaque su desempeño. Joe Mixon destacó en el campo al anotar tres touchdowns, mientras que Derek Barnett sorprendió a todos al devolver un balón suelto 28 yardas para sumar otro punto al marcador. Este triunfo fue crucial para Houston, que logró detener la segunda racha de dos derrotas consecutivas del mariscal de campo C.J. Stroud en su carrera.
El ambiente en el estadio se tornó aún más peculiar cuando, horas antes del inicio del juego, parte del techo retráctil del recinto se desplomó. Afortunadamente, no se reportaron heridos, pero este incidente fue un presagio de los problemas que enfrentarían los Cowboys durante el partido. Cooper Rush, quien asumió el rol de mariscal de campo tras la lesión de Dak Prescott, lanzó un pase de touchdown de 64 yardas a KaVontae Turpin, aunque esto no fue suficiente para cambiar el rumbo del juego.
La situación se complicó aún más para Dallas, que perdió a su ala cerrada Jake Ferguson por una conmoción cerebral y a los guardias All-Pro Zack Martin y Tyler Smith debido a lesiones en el tobillo. Rush, bajo presión constante, fue capturado en cinco ocasiones, lo que evidenció las dificultades de la línea ofensiva. A pesar de completar 32 de 55 pases para 354 yardas, con un touchdown y una intercepción, el equipo no logró encontrar el ritmo necesario para revertir el marcador.
En el lado de los Texans, el receptor Nico Collins hizo su regreso triunfal tras perderse cinco partidos por una lesión en el isquiotibial. Su primera jugada fue un pase de pantalla que recorrió 77 yardas hacia la zona de anotación, aunque la jugada fue anulada. A medida que avanza la temporada, los Texans se preparan para recibir a Tennessee el próximo domingo, mientras que los Cowboys se enfrentarán a Washington en un intento por romper su racha negativa.