El conductor, quien se identificó como Demarcus Robinson, presentaba "señales y síntomas claros de estar bajo la influencia del alcohol", informó la Patrulla en un comunicado. Esto llevó a su arresto como sospechoso de conducir ebrio.
Después de su liberación, Robinson se reunió con el entrenador de los Rams, Sean McVay, y con gente de la gerencia del equipo. "Fue difícil tener esa conversación, pero era necesario", relató Robinson después del entrenamiento del miércoles. "Es una mala imagen. No quiero traer ese tipo de atención, ni ningún tipo de energía negativa, hacia el equipo."
Robinson también habló con el equipo y expresó su arrepentimiento por su arresto. "Creo que fue una mala decisión que tomó", dijo McVay. "No creo que eso lo convierta en una mala persona, y creo que esto es algo de lo que, con las palabras que dijo, nuestros chicos aprenderán, y espero que nadie vuelva a repetir algo así."
El caso de Robinson aún no ha avanzado en el sistema judicial, pero el jugador está disponible para jugar el domingo, cuando los Rams visiten a los Saints de Nueva Orleáns. Robinson ha jugado de inicio los 11 partidos en su segunda temporada con los Rams y ha acumulado 26 recepciones para 384 yardas.
El mariscal de campo Matthew Stafford expresó su apoyo a Robinson, diciendo: "Que esto sea una lección para todos nosotros. Tenemos suerte con el resultado que se obtuvo, para ser honesto, de que nadie resultó herido o lesionado. Sé que D-Rob es una gran persona. Me encanta estar cerca de él. Lo quiero como compañero de equipo."