Según la demanda presentada en el Tribunal Superior de Londres, Mike Tyson, de 58 años, y su empresa Tyrannic son acusados de romper indebidamente un contrato promocional con la empresa Medier, que promueve la compañía de apuestas Rabona. La demanda alega que Tyson terminó el acuerdo en marzo, alegando que Medier había incumplido su acuerdo, que había sido firmado en enero.
La demanda afirma que "La verdadera razón de la terminación apresurada e ilegal por parte del Sr. Tyson y Tyrannic fue porque el Sr. Tyson había acordado un trato, patrocinado por Netflix, para pelear contra el influencer Jake Paul". Esto sugiere que Tyson había aceptado un acuerdo más lucrativo con Netflix para pelear contra Paul, en lugar de cumplir con su contrato con Medier.
Medier busca la devolución de más de 800.000 dólares en honorarios pagados a Tyson "a cambio de los cuales no se proporcionaron servicios", y 729.000 dólares en "costos de producción y promoción desperdiciados", según la presentación.
El combate entre Tyson y Paul, que se llevó a cabo el mes pasado en el estadio de los Cowboys de Dallas, fue transmitido en vivo por Netflix. Paul ganó por decisión unánime en ocho asaltos, y se estima que Tyson ganó 20 millones de dólares por su participación en el evento.
Los abogados de Tyson argumentan que Medier incumplió el contrato al no obtener la aprobación de Tyson sobre los materiales promocionales. Sin embargo, la demanda de Medier sugiere que Tyson y su equipo no cumplieron con sus obligaciones contractuales.
La disputa entre Tyson y Medier es solo un ejemplo de las complejidades y desafíos que enfrentan las empresas y los atletas en la industria del deporte. La resolución de este caso será interesante de seguir, ya que puede tener implicaciones importantes para la industria del boxeo y más allá.