El receptor de los Texans, Nico Collins, fue el protagonista de este incidente. Después de anotar un touchdown, Collins lanzó el balón a las gradas, donde un niño pequeño lo atrapó. Para Collins, este momento fue especial, ya que el niño nunca olvidaría ese instante. "Lo único que importa era hacer feliz a ese niño", dijo Collins en una entrevista. "Él nunca va a olvidar ese momento. Así que eso es todo lo que me importa. Está bien. Pagaré la multa".
El incidente ocurrió en el segundo cuarto del partido, cuando Collins atrapó una recepción de touchdown de 5 yardas. Después de anotar, Collins lanzó el balón a las gradas con un movimiento premeditado, antes de saltar al público. "Es por los niños", dijo Collins. "Vi que estaba gritando y pensé aquí tienes, gran chico. Aquí está el balón".
Collins, quien lidera a los Texans con 832 yardas recibidas, se mostró confundido cuando recibió la multa esta semana, ya que había hecho lo mismo varias veces la temporada pasada y nunca fue penalizado. "Supongo que piensan que vas a lastimar a alguien en el ojo o algo así", dijo. Aunque no compartió el monto exacto de la multa, Collins dijo que era de aproximadamente 5.000 dólares y que planea apelar.
La multa ha generado un debate sobre la importancia de los gestos nobles en el deporte y la necesidad de seguir las reglas. Sin embargo, para Collins, el momento valió la pena, ya que hizo feliz a un niño. "Definitivamente valió la pena", dijo Collins. "Está bien. Pagaré la multa".