El lunes, una sombra de incertidumbre se cernía sobre el NRG Stadium. DeMeco Ryans, entrenador en jefe de los Texans de Houston, ofreció una actualización médica que dejó a muchos con el aliento suspendido: Tank Dell, el receptor estrella, sufrirá una cirugía que pondrá fin a su temporada.
La lesión, ocurrida durante la derrota del sábado contra Kansas City, resultó ser más grave de lo inicialmente pensado. “Se dislocó la rodilla, se rompió el ligamento anterior cruzado, hay otras cosas allí que tendrá que reparar”, explicó Ryans, confirmando que Dell estará fuera por el resto del año.
El incidente se produjo durante una espectacular recepción de touchdown de 30 yardas. La euforia del momento se desvaneció rápidamente cuando Dell, tras la atrapada, colisionó con su compañero Jared Wayne. La imagen de Dell agarrando su rodilla y la preocupación en los rostros de sus compañeros aún resonaban en la mente de muchos. El joven receptor fue retirado del campo en camilla, trasladado al hospital y permaneció allí durante la noche antes de regresar a Houston.
Esta desafortunada situación marca un segundo año consecutivo interrumpido por lesiones para Dell. La temporada pasada, una fractura de fíbula en la semana 13 lo obligó a pasar por el quirófano. Ahora, a sus 25 años, enfrenta otro reto significativo en su joven carrera. Su ausencia representa una baja considerable para los Texans, quienes ya lidiaban con la ausencia de Stefon Diggs por una lesión similar en la semana 8.
Dell, seleccionado en la tercera ronda del draft proveniente de la Universidad de Houston, había tenido una temporada destacada hasta el momento, ubicándose en el segundo lugar del equipo con 51 recepciones para 667 yardas y tres touchdowns. La recuperación y el regreso a la cancha serán, sin duda, el foco de su atención en los próximos meses.
Aunque aún no se ha especificado la fecha de la cirugía, Ryans confirmó que se realizará pronto. El equipo y sus aficionados esperan una pronta recuperación para este joven talento.