Más allá de los titulares que hablan de pérdidas materiales, hay historias personales que reflejan la magnitud de esta tragedia. La familia del entrenador de los Lakers, JJ Redick, perdió su casa en Pacific Palisades. “No estoy seguro de haber llorado o lamentado algo así en varios años,” comentó Redick, visiblemente afectado, tras un entrenamiento marcado por la tristeza. Su esposa e hijos se encontraban a salvo, lejos del incendio, pero la pérdida de su hogar representa un duro golpe.
El impacto se extiende más allá del baloncesto. En el mundo del hipismo, el jockey mexicano Mario Gutiérrez, dos veces ganador del Derby de Kentucky, también sufrió la pérdida de su vivienda. Su agente, Mike Ciani, confirmó la noticia, destacando la resiliencia de Gutiérrez y la comunidad hípica ante la adversidad. Muchos entrenadores de Santa Anita Park se vieron obligados a evacuar, enfrentando la incertidumbre de volver a sus hogares sin electricidad. “Pero no es nada comparado con lo que algunas de estas otras familias han tenido que soportar,” declaró el entrenador Tim Yakteen, poniendo en perspectiva la situación. Incluso el programa de carreras del Santa Anita Park ha sufrido aplazamientos.
La NFL tampoco quedó exenta. El partido de playoffs entre los Rams y los Vikings, inicialmente programado en Inglewood, California, tuvo que ser reubicado en el State Farm Stadium de Glendale, Arizona, debido a los incendios. Este cambio de sede representó un monumental esfuerzo logístico para los Cardinals de Arizona, quienes tuvieron que movilizar a 3,500 trabajadores en muy poco tiempo para acondicionar el estadio, desde la pintura del campo hasta la adaptación de las pantallas gigantes. “Hay muchas, muchas personas trabajando para hacer que esto suceda,” explicó Mark Dalton, vicepresidente de relaciones con los medios de los Cardinals, resaltando el esfuerzo colaborativo.
Ante la magnitud de la crisis, la respuesta de la NFL ha sido contundente. Se ha anunciado una donación de 5 millones de dólares para apoyar a las comunidades afectadas, con aportaciones individuales de varios equipos, incluyendo a los Rams, Chargers, Vikings y Texans. La liga enfatizó su apoyo a la Fundación del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD) y la Cruz Roja Americana, con ventas especiales de mercancía de los equipos para recaudar fondos. Incluso, se subastarán artículos utilizados en los partidos para continuar con la ayuda.
El impacto también se percibe en el baloncesto universitario. UCLA y USC tuvieron que cancelar partidos debido a la situación, reflejando la extensión de los incendios y las dificultades para asegurar la seguridad de jugadores y personal. Cambios de horarios y limitaciones en el acceso a campus universitarios, como el de Pepperdine, son un reflejo de la situación.
Las consecuencias de los devastadores incendios forestales van más allá de las llamas. La recuperación será un proceso largo y complejo, pero la solidaridad y el trabajo en equipo de diversas organizaciones y figuras deportivas muestran una fortaleza común en tiempos difíciles.