La rivalidad, centenaria y llena de anécdotas, se concentraba en 90 minutos que definirían un nuevo campeón.
Pero antes de desvelar el resultado, recordemos el contexto. El Real Madrid, con su experimentado entrenador Carlo Ancelotti, llegaba a la final con un palmarés envidiable: Supercopa de Europa y Copa Intercontinental ya en su haber. Un inicio de temporada brillante, con siete títulos en juego, los convertía en favoritos para muchos. Por otro lado, el FC Barcelona, bajo la dirección de Hansi Flick, buscaba su primer título bajo su mando, anhelando romper la hegemonía blanca.
El partido comenzó con un gol tempranero de Kylian Mbappé al minuto 5, un contragolpe fulminante orquestado por Vinícius Júnior que dejó sin reacción a la defensa culé. Thibaut Courtois, arquero del Real Madrid, realizó un par de atajadas cruciales en los primeros minutos, demostrando su valía ante los embates de Yamal y Raphinha. Sin embargo, la respuesta azulgrana no se hizo esperar. Yamal, con una jugada individual magistral, empató al minuto 22, un golazo que presagiaba lo que vendría después.
A partir de ahí, el Barcelona desplegó una superioridad abrumadora. Un penalti transformado por Robert Lewandowski (minuto 36), seguido de un doblete de Raphinha (minutos 39 y 48), y una anotación de Alejandro Balde (minuto 45+10), configuraron una goleada que dejó sin aliento a los aficionados. "Fue una exhibición de fútbol total," comentó un analista deportivo tras el encuentro. La expulsión del portero del Barcelona, Wojciech Szczęsny, por una falta sobre Mbappé en la segunda mitad, solo sirvió para maquillar la derrota merengue con un gol de tiro libre de Rodrygo (minuto 60).
La victoria del Barcelona, 5-2, significó no solo su segundo título de la Supercopa en Arabia Saudí, alcanzando un total de 15 títulos en su historia (dos más que el Real Madrid), sino también una demostración de poderío frente a su eterno rival. La participación de Dani Olmo, en su regreso a las canchas tras un complejo proceso legal con la Liga española, añadió un toque de interés extra a la narrativa del partido. Un partido para el recuerdo, un clásico inolvidable que selló la victoria azulgrana y añadió un nuevo capítulo a la legendaria rivalidad.