Se respiraba tensión en el aire, la misma que se siente antes de una gran final.
El protagonista indiscutible fue Trae Young, quien, a pesar de una cuestionable participación por enfermedad, logró una noche memorable con 43 puntos, la máxima cifra de la temporada para él. Su desempeño fue clave para superar los 35 puntos de Devin Booker, quien, a pesar de su excelente juego, no pudo evitar la derrota de los Suns.
Con las ausencias significativas de De’Andre Hunter (dolor en el pie izquierdo), Larry Nance Jr. (mano derecha) y Jalen Johnson (inflamación en el hombro derecho), el novato Zaccharie Risacher se enfrentó al titánico reto de custodiar a Kevin Durant, quien a pesar de sus 31 puntos (14 de ellos en el tercer cuarto), y 9 rebotes, no pudo evitar la derrota de su equipo.
El entrenador de los Hawks, Quin Snyder, describió el enfrentamiento previo al juego como una “experiencia única”, y ciertamente lo fue. Young, con seis triples y 11 de 14 tiros libres, demostró su valía.
Los Suns, que perdieron por undécima vez consecutiva en Atlanta, (su última victoria allí fue el 24 de marzo de 2014), vieron el regreso de Bradley Beal tras una lesión de tobillo, quien aportó 11 puntos. Booker, por su parte, logró un récord personal de siete triples. Del lado de los Hawks, Garrison Mathews brilló con 19 puntos, y junto a Young, ambos encestaron 8 de 11 triples en la primera mitad, dando a Atlanta una ventaja de 64-56 al medio tiempo. Onyeka Okongwu se destacó con 22 puntos y 21 rebotes, este último una nueva marca personal.
El tercer cuarto fue crucial. Los Suns, liderados por Durant, iniciaron con un parcial de 20-6 para tomar la ventaja. Sin embargo, Atlanta respondió con un cierre de 14-3 para entrar al último cuarto arriba 89-87. Triples de Dyson Daniels y Bogdan Bogdanovic sellaron el triunfo de Atlanta en el último periodo.
Phoenix continúa su gira de cinco partidos jugando contra Washington el jueves. Los Hawks jugarán contra Chicago el miércoles por la noche.