Un joven tenista español está a punto de escribir una nueva página en la historia de este deporte.
Hablamos de Carlos Alcaraz, un nombre que resuena con fuerza en el ambiente tenístico. A sus 21 años, este joven prodigio ya ha acumulado una impresionante lista de logros, incluyendo títulos de Grand Slam que ha celebrado de una manera muy particular: con tatuajes.
Su piel cuenta una historia: la fecha de su primer gran triunfo en el Abierto de Estados Unidos de 2022; una fresa que representa sus dos victorias en Wimbledon en 2023; y la Torre Eiffel, por su victoria en Roland Garros el año pasado. Pero la colección está incompleta. Falta un símbolo, un elemento que completaría su particular galería de tinta.
Tras superar al portugués Nuno Borges (número 33 del ranking) en octavos de final, con un marcador de 6-2, 6-4, 6-7 (3), 6-2, Alcaraz reveló su próximo objetivo: “Un canguro, eso seguro”, dijo con una sonrisa. “Lo único que me falta es levantar el trofeo aquí, pero el plan y la idea ya están (ahí).”
El partido no estuvo exento de dificultades. Alcaraz experimentó un bajón en el tercer set, cediendo su primer set de la semana tras una serie de errores no forzados: “Un mal revés. Un mal golpe de derecha. Una mala devolución de servicio.” Sin embargo, su tenacidad y su talento innato le permitieron retomar el control y asegurar su pase a la siguiente ronda.
Su victoria no solo se debe a su destreza técnica, sino también a su mentalidad. La frase “¡Vamos!”, su grito de guerra, resonó en la cancha como una señal inequívoca de su determinación. Un ejemplo de su espectacularidad fue una jugada en el cuarto set donde, tras una dejada, corrió hacia atrás con la espalda a la red para realizar un passing shot de derecha ganador.
Para la siguiente ronda, se enfrentará al británico Jack Draper. Alcaraz se muestra ambicioso: “Estoy tratando de jugar un tenis diferente, mostrando diferentes tipos de golpes… Eso es lo que me hace... sonreír en la cancha.” Su objetivo es claro: “Tratar de ganar tantos Grand Slams como pueda. Ese es mi principal objetivo.”
La victoria en el Abierto de Australia se perfila como un nuevo capítulo en su ascendente carrera, un paso más hacia la consolidación de su legado en el mundo del tenis. El canguro espera.