El nombre de Kliff Kingsbury ha estado en boca de todos esta semana. Varios reportes apuntaban a un posible cambio de aires para este coordinador ofensivo, con los Saints de Nueva Orleans mostrando un gran interés en sus servicios para el puesto de entrenador en jefe. La vacante, la última disponible en la liga tras una frenética temporada de contrataciones, parecía la oportunidad ideal para Kingsbury de regresar a la cúspide.
Sin embargo, la sorpresa llegó con la decisión final del estratega. Fuentes cercanas al equipo confirmaron que Kingsbury declinó la oferta, confirmando su permanencia en Washington. “Estoy muy feliz aquí”, declaró Kingsbury recientemente, “Este ha sido un lugar increíble y realmente me ha ayudado a reavivar mi amor por el deporte”.
Esta decisión no es gratuita. Kingsbury, quien aún recibe un salario anual de 7.5 millones de dólares de los Cardinals de Arizona hasta 2027 (un contrato a largo plazo firmado en 2022 y rescindido apenas 11 meses después, junto con el gerente general Steve Keim), encuentra en Washington un ambiente propicio para su desarrollo profesional. La experiencia con jugadores jóvenes como Jayden Daniels y el éxito obtenido este año, donde Washington anotó la quinta mayor cantidad de puntos en la liga con una marca de 12-5 y dos victorias en playoffs antes de caer en la final de la Conferencia Nacional, han sido factores determinantes.
Su pasado como entrenador universitario de figuras como Patrick Mahomes en Texas Tech y Caleb Williams en el sur de California, junto a su rol clave en el éxito ofensivo de los Commanders bajo la dirección de Dan Quinn y el gerente general Adam Peters, lo convierten en una pieza fundamental del equipo. Kingsbury, cabe recordar, había avisado a los equipos que no se entrevistaría para ningún puesto hasta el final de la temporada.
Como parte de las recientes movidas de personal, Washington también ha asegurado el futuro de algunos de sus jóvenes talentos, firmando a varios jugadores del equipo de prácticas con contratos de reserva/futuro. Entre ellos destacan nombres como Sam Hartman, ex quarterback de Notre Dame y Wake Forest, además de Cole Turner (ala cerrada) y Andre Jones Jr. (ala defensiva), dos selecciones del draft en la era de Ron Rivera.
La decisión de Kingsbury consolida un proyecto ambicioso en Washington, apuntando hacia una temporada 2024 con altas expectativas. Los movimientos de plantilla sugieren un enfoque en la continuidad y el desarrollo interno, un camino que, al menos por ahora, se ve prometedor.