Pero detrás de los espectaculares encestes y las defensivas impenetrables, se esconden historias que nos recuerdan la fragilidad del deporte profesional.
Hablamos, por supuesto, de Anthony Davis y su sorpresivo descarte para el partido contra Sacramento. Este hecho, que llega apenas dos días después de su debut con los Mavericks, en un encuentro donde, dicho sea de paso, el equipo se impuso 116-105 sobre Houston, ha generado una ola de especulaciones entre los aficionados y la prensa especializada.
Según reportes de diferentes medios, citando fuentes anónimas, la lesión de Davis podría mantenerlo alejado de las canchas por varias semanas. Se habla de una posible distensión del aductor izquierdo, una situación que sin duda complica los planes del equipo texano.
Marc Stein, reconocido reportero de la NBA, fue el primero en dar a conocer la posibilidad de una ausencia prolongada. Esta noticia ha encendido las alarmas, especialmente considerando el controvertido intercambio que envió a Luka Doncic a los Lakers a cambio de Davis.
La gerencia de los Mavericks, encabezada por Nico Harrison, enfrenta ahora una ola de críticas por esta decisión. Muchos aficionados cuestionan el traspaso, considerando que se desprendieron de una joven estrella en su mejor momento —un jugador de 25 años— por un jugador con un historial de lesiones, a pesar de que Davis jugó 76 partidos la temporada pasada con los Lakers, la mayor cantidad en su carrera. Sin embargo, es importante recordar que se perdió al menos 20 juegos en cada una de las cinco temporadas anteriores.
El panorama es complejo. Davis, de 31 años, mostró un dominio en la primera mitad de su debut, antes de sentir molestias en la ingle y el cuádriceps a finales del tercer cuarto. Aunque en un inicio se mostró optimista sobre la gravedad de la lesión, posteriormente se supo que las molestias en la ingle estaban relacionadas a un problema abdominal preexistente.
Los próximos días serán cruciales para conocer la gravedad de la lesión y el tiempo de recuperación de Davis. La incertidumbre reina en Dallas, mientras la expectativa y la presión se acumulan sobre la gerencia y el equipo.