Pato O'Ward: Ordeña vaca, busca victoria en Indy 500

Hablamos de Pato O’Ward, quien, según se supo, no había tenido la oportunidad de participar en el peculiar ritual del ordeño de una vaca, una costumbre que, según la leyenda, asegura el triunfo en la icónica carrera. Esta omisión, al parecer, le había impedido alcanzar la victoria en ediciones anteriores, donde ha rozado el triunfo en dos ocasiones, quedándose con un segundo lugar que, según sus propias palabras, le ha "roto el corazón".
Todo cambió gracias a la intervención de la Asociación de Productos Lácteos de Indiana y su equipo, Arrow McLaren. Tras el comentario de O’Ward sobre la imposibilidad de participar en la tradición debido a la pandemia, la asociación decidió remediar la situación.
La sorpresa llegó el viernes. Una vaca llamada Rihanna, traída desde Silverstone Farms en Greenfield, Indiana, esperaba a O’Ward en el autódromo al amanecer. La escena, según testigos, fue inolvidable.
“Me desperté para ordeñar por la mañana, y fue una experiencia realmente genial”, dijo O’Ward, visiblemente emocionado. “Muy cálido. Hay que calentarla. Sí, ella fue fabulosa. ¿Viste al menos un video? Ya verás. Primer intento.” Y sí, al primer intento, el chorro de leche fluyó.
Esta anécdota cobró relevancia al compararse con la experiencia de otros pilotos. Robert Shwartzman, quien ganó la pole como novato, había cumplido con la tradición, relatando que se le advirtió: “Las personas que no ordeñaron la vaca, nunca ganaron las 500 Millas de Indianápolis”. Él mismo mencionó a Alexander Rossi, ganador en 2016, como ejemplo de esta práctica.
La rápida respuesta de la Asociación de Productos Lácteos de Indiana, que en un mensaje en X (antes Twitter) aseguró poder encontrar una vaca para O’Ward, culminó con este encuentro inesperado. Un gesto que, más allá de la superstición, muestra el espíritu festivo y la conexión entre la carrera, la comunidad y la tradición local.
Ahora, con el ritual cumplido, solo queda esperar la carrera del domingo para ver si esta inusual bendición trae la ansiada victoria a Pato O’Ward.