El ambiente electrizante se tornó en preocupación súbita en la sexta entrada, un giro inesperado que silenció al público.
De repente, todo cambió. En medio de la jugada, un lanzamiento descontrolado del relevista dominicano Cristian Mena impactó con fuerza la mano derecha de Gabriel Moreno, receptor de los Diamondbacks y compatriota venezolano. El golpe, claramente doloroso, paralizó el juego. La preocupación se apoderó del estadio.
Inmediatamente, el cuerpo médico de Arizona atendió a Moreno. Tras una evaluación inicial y algunos intentos de lanzamiento por parte del catcher, la decisión fue clara: su salida del encuentro era necesaria.
“Las radiografías fueron negativas,” declaró el manager
Torey Lovullo, aliviando en parte la tensión, aunque con matices.
“Sacarlo fue una medida de precaución, el kinesiólogo lo recomendó después de verlo lanzar. Hay una hinchazón considerable en esa área. Veremos cómo se despierta y se siente mañana.”
La sustitución de Moreno estuvo a cargo de su compatriota,
José Herrera. La ausencia de Moreno, sin embargo, dejó un hueco significativo en el juego. Hasta ese momento, el
receptor presentaba un destacado promedio al bate de
.281, con
cuatro jonrones y 17 carreras impulsadas en apenas 49 juegos. Su ausencia representa una pérdida importante para el equipo.
Moreno, quien se encontraba en una racha de seis juegos consecutivos conectando imparables, se quedó en 2-0 en la noche del incidente. Su estado físico, y la duración de su posible baja, permanecerán en observación durante los próximos días, manteniendo la atención de la afición y del cuerpo técnico de los Diamondbacks.
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