Joana Sanz vive las últimas semanas de su embarazo milagroso tras años de lucha

"Han sido dos años de tormenta, pero al final siempre llega la calma", compartió recientemente en sus redes sociales, donde ha documentado cada etapa con una transparencia que sus seguidores agradecen.
Las últimas imágenes publicadas por la canaria muestran esa luz especial que solo traen los momentos de felicidad genuina. Un vientre redondo, sonrisas espontáneas y una habitación infantil en preparación revelan que la cuenta regresiva ya comenzó. Detrás de esta escena idílica, sin embargo, hay una historia de resiliencia: cinco años de tratamientos, pérdidas y diagnósticos complicados que hicieron de este embarazo un milagro anhelado.
Más allá de la alegría evidente, la modelo ha sido cautelosa al compartir detalles. Solo hace unas semanas reveló el sexo del bebé mediante un video donde rompía un globo lleno de confeti azul. Será varón, y llegará a un hogar que ha sobrevivido a pruebas extremas: desde el fallecimiento de la madre de Joana hasta el escrutinio público por el caso judicial de su pareja.
En sus propias palabras, este embarazo representa "un nuevo comienzo". Las redes sociales de la modelo se han convertido en un diario íntimo donde mezcla outfits premamá con reflexiones profundas sobre el amor maduro. "Ya no somos esos desconocidos que se ponían nerviosos al verse. Ahora somos equipo", escribió junto a una foto de su boda secreta en París, celebrada en pleno proceso judicial.
Mientras espera el parto, Joana alterna sesiones de yoga prenatal con encuentros íntimos donde prueba pasteles para el baby shower. El nombre del bebé sigue siendo un secreto bien guardado, aunque fuentes cercanas aseguran que incluirá un homenaje a su abuela materna. Lo único claro es que este niño nacerá rodeado de historias que algún día le contarán sobre la fortaleza que precedió su llegada.