Ricky Pearsall supera balazo y lesiones para brillar con los 49ers
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Justo antes del debut de la temporada, un intento de robo terminó con un disparo en su pecho. "No puedes rehabilitar una herida de bala. Simplemente te levantas y sigues", confesó el jugador, recordando cómo regresó al campo en la semana siete sin preparación ideal.
Su resistencia dio frutos: en la semana nueve, una recepción de 46 yardas para touchdown contra Tampa Bay mostró destellos de su talento. Sin embargo, lo que siguió fue una lucha por sincronizarse con el mariscal Brock Purdy. La ofensiva de los Niners, basada en timing milimétrico, dejó al novato ajustándose sobre la marcha. "Él decía: ‘estaba abierto’, pero en nuestro sistema, un paso de más cambia todo", explicó Purdy.