En el corazón de los cambios está Pete Carroll, quien a sus 73 años tomará las riendas de los Raiders tras un año sabático. El ex estratega de los Seahawks llega a Las Vegas con un historial que incluye un anillo de Super Bowl y 14 temporadas consecutivas compitiendo en playoffs. "Sabía que quería volver, pero solo si era el lugar correcto", confesó el entrenador durante su presentación.
Los quarterbacks protagonizaron el mercado más activo:
- Aaron Rodgers busca revivir su legado en Pittsburgh tras dos años grises con los Jets
- Russell Wilson firmó con los Giants como plan B tras el draft
- Geno Smith seguirá a Carroll a Las Vegas en un canje sorpresa
Pero no solo los mariscales cambiaron de aires. La carnicería en recepción incluyó:
- Davante Adams (Raiders → Rams)
- Cooper Kupp (Rams → Seahawks)
- Stefon Diggs (Bills → Patriots)
En defensa,
Josh Sweat y
Milton Williams dejaron Filadelfia tras el título para firmar mega contratos en Arizona y Detroit respectivamente. Mientras,
Jalen Ramsey y
Minkah Fitzpatrick intercambiaron Miami por Buffalo en uno de los traspasos más creativos del verano.
Los analistas destacan tres movimientos clave:
- La llegada de Laremy Tunsil a Washington para proteger al novato Jayden Daniels
- El traspaso de Joe Thuney a Chicago para blindar a Caleb Williams
- La firma de George Pickens en Dallas como complemento explosivo para CeeDee Lamb
Las apuestas ya reflejan el impacto de estos cambios. Los Steelers saltaron de +2500 a +1200 para ganar el
Super Bowl tras fichar a Rodgers, mientras los
Raiders pasaron de +4000 a +1800 con Carroll y Smith. En Vegas calculan que al menos 8 de estos jugadores en nuevos equipos llegarán al Pro Bowl.
Lo único seguro es que cuando arranque la temporada en septiembre, más de una docena de franquicias tendrán identidades radicalmente distintas. La NFL nunca duerme, y este año lo demostró con el mercado más volátil de la última década.
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