Emma Raducanu revive su magia en el US Open con nueva confianza

Tenía apenas 18 años y un futuro que parecía ilimitado. Sin embargo, desde entonces, el torneo neoyorquino no le ha sonreído. Hasta ahora.

Este año, Raducanu regresa a Flushing Meadows con algo que había perdido: confianza. "Nunca vas a sentirte completamente perfecta. Nunca vas a sentirte al 100% lista, pero sí lo más lista que puedes estar. Así es como me siento", admitió la tenista el viernes, justo antes de iniciar su participación en el último grande de la temporada. Y los números respaldan sus palabras.

Su rendimiento en canchas duras durante las últimas semanas ha sido el mejor desde su título en 2021:

• Semifinales en Washington, con victorias sobre Naomi Osaka y Maria Sakkari.
• Batalla épica contra Aryna Sabalenka en Cincinnati, donde la empujó hasta el tercer set y dos tie-breaks.

Pero más allá de los resultados, hay un cambio palpable en su mentalidad. "Ahora puedo volver y disfrutar de los recuerdos, estar orgullosa de lo que logré aquí", confesó. Esa paz contrasta con los años turbulentos que siguieron a su hazaña: lesiones, cambios de entrenador y una caída estrepitosa en el ranking.

La clave de su resurgimiento podría estar en una nueva figura en su equipo: Francis Roig, exentrenador de Rafael Nadal. Aunque llevan trabajando juntos menos de un mes, la química parece inmediata. "El tiempo pasa muy rápido cuando estás con alguien que suma. Es buena señal", comentó Raducanu sobre su relación con el español.

Su primer rival será una tenista surgida de la clasificación, un guiño del destino que la devuelve a sus orígenes. Pero esta vez, Emma no carga con la inocencia de 2021, sino con algo más valioso: la experiencia de haber tocado fondo y saberse capaz de volver.

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