"Ha sido algo que ha afectado a todo el equipo", admitió el quarterback estrella, intentando quitarle peso a la crisis.
Los números no mienten: Mahomes acumula 123 yardas terrestres en dos juegos, superando por amplio margen a sus corredores designados. Contra Filadelfia, su desesperación lo llevó a correr 66 yardas y anotar el único touchdown del equipo, mientras el resto de la ofensiva tropezaba. El juego aéreo, otrora letal, se ha visto limitado por:
- La ausencia de Xavier Worthy (lesión en el hombro)
- La suspensión de seis partidos de Rashee Rice
- Errores inusuales de Travis Kelce, cuyo balón perdido en zona de anotación selló el destino del juego
La defensa contra la carrera, cuestionada antes del inicio de temporada, fue lo único rescatable. Contuvieron a
Saquon Barkley, limitándolo a 88 yardas en 22 acarreos, pero la presión constante sobre Mahomes y la incapacidad para convertir en terceras oportunidades (4 de 12) pintaron un panorama desolador.
"Soy un competidor, haré lo que sea necesario", insistió el doble MVP, aunque los datos históricos son implacables: solo el
7% de los equipos que empiezan 0-2 llegan a playoffs.
Andy Reid mantiene la calma públicamente: "Este grupo tiene liderazgo. Volveremos a la mesa de dibujo". Pero el reloj corre para los Chiefs, cuyo reinado de nueve años en el Oeste de la AFC podría peligrar si no corrigen rápidamente:
- La falta de profundidad en recepción
- El juego terrestre ineficiente (solo 96 yardas combinadas de corredores)
- Lesiones clave como las de Mike Danna y Kristian Fulton
El MetLife Stadium será el próximo escenario de esta prueba de fuego. Mahomes sabe que cada semana cuenta: desde 1970, apenas
21 de 423 equipos en esta situación han ganado su división. La visita a los Giants no admite más errores.
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