Ciclismo y geopolítica: protestas interrumpen Vuelta a España en Madrid

Los manifestantes "no solo interrumpieron la carrera, sino que transformaron el evento deportivo en un símbolo de la polarización global", según testigos presenciales. Las imágenes muestran escenas de enfrentamientos con la policía, vallas arrojadas a la calzada y corredores obligados a esquivar obstáculos improvisados.
Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, avivó la polémica al comparar abiertamente la situación de Israel con la exclusión previa de Rusia: "¿Por qué se expulsó a Rusia tras la invasión de Ucrania y no se expulsa Israel tras la invasión de Gaza?". Sus declaraciones generaron reacciones inmediatas:
Las autoridades confirmaron 22 heridos leves y dos detenidos durante las protestas, que congregaron a unas 100,000 personas según estimaciones oficiales. El ganador del evento, el danés Jonas Vingegaard, tuvo que celebrar su victoria en una ceremonia privada después de que el podio tradicional fuera cancelado por seguridad.
Javier Guillén, director de la Vuelta, admitió que el incidente obligará a replantear la seguridad en futuros eventos: "Las imágenes hablan por sí solas. Es lamentable todo lo ocurrido". Mientras tanto, el equipo israelí compitió hasta el final aunque eliminó cualquier referencia a su país de los uniformes.
El conflicto trasciende el deporte: según analistas consultados, este episodio refleja la creciente presión internacional sobre Israel y la politización de los eventos deportivos como plataformas de activismo global. Todo esto ocurre mientras el Tour de Francia prepara su salida 2024 desde Barcelona, en lo que promete ser otro foco de tensiones.