Noah Lyles iguala a Usain Bolt con tetracampeonato mundial en 200 metros

Esta vez, sin dramáticos enfrentamientos ni gestos polémicos: solo cuatro dedos alzados hacia el cielo nocturno, un mensaje silencioso pero contundente. "Son cuatro", gritó a las cámaras, sellando su tetracampeonato mundial con un tiempo de 19.52 segundos, idéntico a los títulos acumulados por el legendario Usain Bolt en esta prueba.

Detrás de él, Kenny Bednarek —su rival más persistente— intentó recortar la ventaja en la recta final, pero la técnica pulida de Lyles mantuvo el control. La diferencia: seis centésimas que valieron oro. "Si estoy cerca al salir de la curva, sé que es mío", confesó el atleta de 26 años, recordando sus batallas internas para dominar la prueba. La rivalidad, que el mes pasado incluyó empujones y miradas candentes en el campeonato estadounidense, esta vez dejó espacio para el respeto.

• Bryan Levell (Jamaica) y Letsile Tebogo (Botsuana), campeón olímpico, completaron el podio.
• La estadounidense Melissa Jefferson-Wooden hizo historia al conquistar el doblete 100-200, algo que ninguna compatriota había logrado desde 2013.

Mientras Lyles celebraba, en el foso de salto triple, Pedro Pichardo protagonizaba otro momento épico. El portugués de origen cubano, oro en Tokio 2021, respondió al récord personal del italiano Andrea Dallavalle (17.64 m) con un salto de 17.91 metros en su último intento. "¿Quién es el mejor?", preguntó a las cámaras, sabiendo la respuesta.

La noche no estuvo exenta de polémica. En los 400 metros con vallas, Rai Benjamin vivió minutos de incertidumbre tras ser descalificado inicialmente por rozar una valla en el carril adyacente. La decisión se revirtió: su oro (46.52 segundos) se mantuvo, añadiendo el título mundial a su medalla olímpica. La neerlandesa Femke Bol (51.54) dominó la prueba femenina, mientras Karsten Warholm, plusmarquista mundial, quedó relegado al quinto puesto.

Entre tanto, Lyles guardaba un pensamiento íntimo: "Ningún campeonato mundial llena el vacío de no tener oro olímpico". Una confesión que delata al competidor incansable detrás del atleta dominante.

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