Isaiah Rodgers brilla con dos intercepciones en histórica paliza de Vikings a Bengals

Isaiah Rodgers, un nombre que hasta hace unas semanas resonaba discreto en los vestidores, se transformó en la noche del domingo en el protagonista absoluto de una defensa que dejó a Cincinnati sin respuestas.
Mientras los reflectores apuntaban al debut de Carson Wentz con los Vikings, quien cumplió con solvencia (14/20 pases completados, 173 yardas), "la defensa decidió escribir su propio guión", como admitiría después el coordinador Brian Flores. La frase quedó corta: Rodgers no solo interceptó dos pases clave de Jake Browning —ambos devueltos para anotación—, sino que añadió tres balones sueltos forzados que sepultaron moralmente a los Bengals.
Wentz, pragmático, resumió su noche: "Cuando tu defensa entrega ese nivel de juego, tu trabajo es no estorbarla". Una filosofía que contrasta con el caos en Cincinnati, donde ahora cuestionan la profundidad del roster tras depender tanto de su estrella lesionada. El partido dejó claro una cosa: Minnesota tiene un nuevo héroe defensivo, y Cincinnati, una herida que tardará en cicatrizar.